Adiós por adelantado.

La caída al más oscuro suelo.
Los pedazos,
la lengua partida.

 Ese respiro profundo de mar adentro, la falta de oxígeno, el ir y venir del desconsuelo.

 La pérdida obligatoria de la sonrisa.
 El párrafo introductorio a la próxima desdicha.
 El tiempo.
 El frío de la ausencia que no ha llegado,
la que se avecina, el musgo del rencor y el olvido.
 El tiempo.

Las pupilas.
Su contracción-reacción al conjunto de masas, tú.

La huida.
El miedo.
El silencio al decirte lo que no digo.
La despedida.

 El inevitable final de tu imagen y su inevitable inicio, en otro estado, en otras formas, en otras caras, en otros.

 El significado del presente como un recuerdo en sepia.
Un souvenir de memorias sin contar. Un adiós por adelantado.

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